pienso que tal vez esté condenada
a sentarme a esperar
que las cosas se me pasen, que no
duela el viento en la piel
que las miradas que no me corresponden
no se crucen más en mi camino
pero a mí siempre me perseguirán
mi delirio y mi amor ingenuo
mi paranoia y mi entrega fiel
porque sé de arrancarme el corazón
y ponerlo sobre la mesa
para que todos lo vean
sé de mentiras y traiciones
sé de decepción
sé de la muerte tocándome la puerta
para saludarme y decirme buenos días
luego pienso que a los besos se los lleva el viento
que el invierno está a días de morir
y que en el acto de perder
nace la libertad