hoy me tiemblan las manos
las nubes condensan y amenazan
dejé mi ropa afuera
y olvidé regar la única planta
que no murió aun
hoy maldigo
a cuanto santo cruce mi camino
y entorpezca mi andar
hoy, dios me reprenda,
porque arruinaré todo
lo que tenga al alcance de la mano
y dejaré que se derrame
toda mi sangre
sobre la alfombra blanca
de la eternidad