I
el frío me congela los dedos
estirados para tocarte,
algún hueco que tengas para dar
aunque no sea mío
siento que estoy escondida
estoy sumergida
estoy avergonzada, digo
le digo a todo el mundo
que deseo que vuelva el calor del verano
a arrebatarme el miedo
sacudirme, sacarme el polvo
cortarme las alas
para dejar de volar por encima tuyo, digo
le digo a todo el mundo, lo mismo
que vos no me mirás a mí,
que vos me mirás adentro
y adentro yo soy nada
II
me desarmo en brazos que no me pertenecen
me deshago en miradas que no me corresponden
me enredo en sábanas que no merezco
me caigo en pozos que no existen
me muero en cada esquina
me desconozco en los reflejos
pero sueño con fervor
sueño que no hay discusiones,
ni dudas, ni idas, ni vueltas
sueño que hay algo más que una idea
un pequeño indicio, un destello
sueño que los días se suceden
sueño que el tiempo pasa
lento y pausado y frágil
sueño que no estoy
encerrada
en esta habitación
III
si pudiera me convertiría en humo
para salir de entre tus labios con gracia
para que me despidas con el amor de siempre
pitada tras pitada
si pudiera me convertiría en todo
lo que alguna vez quisiste
lo que alguna vez fue significante
para ser un recuerdo guardado en tu cajón
IV
las hojas caen de los árboles
el sol me acompaña con cada paso mío,
distraído y tonto
me dejo llevar por su calor
otra vez, estoy atrapada
en una telaraña de contradicciones
quisiera dejar de mentir
quisiera dejar de mentirme
quisiera dejar de mentirte
las hojas de los árboles crujen
el sol habla como si quisiera
que distinga su voz entre el barullo
y tal vez no deba, no,
no debo, no debería,
pero su calor me abraza por detrás
y yo tan solo quisiera dejar de caer
quisiera dejar de romper todo
quisiera dejar de escribirte
V
entonces, pienso
soy tan solo un pedazo del otoño
y la poesía no existe
porque yo la maté
la poesía no existe más,
desde que la vi parada delante de mí