la piel se ha vuelto refugio
aunque me ahogue
entre sus ríos
y me pierda
en su universo
lleno de estrellas fugaces
pido deseos, pido el deseo
el deseo, lo pido, lo pido yo
clavarme en ella
como si fuera una crucifixión
y no llorar, no
ni una lágrima dejaré caer
para no corromperla
con mi tristeza
besarla con los labios partidos
mancharla de mi sangre
hacerla mía y de nadie más
sumergida en sus oscuridades
la piel como el templo
donde me arrodillo adolorida
de tanto caminar y caminar
en búsqueda de palabras
que pueda cazar para finalmente
tragármelas todas y
gritar en silencio
(hablar más bajito)
desnuda de luz
la piel me contempla
y yo a ella
suave y dulce
tersa y ácida
y yo le juro todos los días
que la quiero como si fuera
mía.